Desordenes metabólicos
Reseñado por Didier Lanao Rebolledo
Desórdenes
hemopoyéticos (Hiperostosis porótica):
También conocida como
osteoporosis simétrica, posee un aspecto esponjoso y poroso en la bóveda
craneal por el engrosamiento del diploe y adelgazamiento de la lámina externa.
Su afectación es, en el ámbito macroscópico, sobre la bóveda craneana (el
frontal), los parietales, el occipital y el techo orbitario; se le identifica
por pequeñas perforaciones que calan la tabla externa variando de tamaño y
distribución. Y en el ámbito microscópico, en una cavidad intertrabecular
amplia y alargada penetrando a la superficie ósea. En ámbitos radiográficos
tenemos la norma lateral y la anteroposterior, en la primera se aprecia un
aumento de grosor en el techo orbitario; y en la segunda, “alteraciones del
borde orbitario y un incremento de la granulosidad de la lámina externa” (Rodríguez,
2006, p. 177,).
Hay una diferencia que
exponen algunos investigadores entre las lesiones porosas en la bóveda craneana
y las del techo orbitario, llamadas cribra orbitaria; estas, se agrupan bajo el
concepto de hiperotosis porótica. Asimismo, estudios más recientes logran
asociar lo temporal, lo geográfico y lo ecológico con la frecuencia en
sociedades prehistóricas, aunque consta de dos aspectos: por un lado, no es
conocida en el Neolítico, sino que su incremento es con la adopción de la
agricultura disminuyendo en el siglo XX; por el otro, su propagación menos
frecuente fue en zonas ecuatoriales por parasitosis y problemas intestinales, aunque
prevalece en zonas bajas y costeras que en los altiplanos.
En Colombia encontramos una
serie de casos que exponen lo dicho hasta el momento. Por un lado, tenemos en
Portabelo, un reporte de Cribra orbitalira en restos óseas de un individuo de
35 a 40 años (0,7% de la muestra), femeinino (T-110), con deformaciones
craneales y corporales no correspondiente a lo muiscoide. Otro caso, sería en
Marín, Valle del Samacá, Boycacá, 37 individuos, en entre ellos dos infantes,
con adelgazamiento de la pared cortical en huesos largos y paredes craneales en
algunas especies.
Realmente, las condiciones
ambientales evidencian que enfermedades como la hídrica gastrointestinal, no
debió ser un problema importante el cuidado que los indígenas. No hay registro,
por parte de cronistas, de parasitosis en las tierras del Nuevo Reino de
Granada, así como cualquier otra enfermedad como el mal de cámaras por el
consumo del agua en tema de tenias saginata ni solium. En el Bajo
Magdalena con enfermedades de tierra caliente y habitat de alibúes, hubo
lesiones en los nativos al beber agua de ríos y ciénagas en tiempos de lluvia.
Ya en el Valle del Cauca, se
reportó el caso de cribra orbitaria en Zamorano, Palmira, y en La Cristalina,
El Cerrito en un infante. Su afectación se debió a que, a pesar evitaban ocupar
riberas del río Cauca, aprovechaban las épocas para instalarse y pescar
exponiéndose a parásitos y sancudos.
Desórdenes metabólicos
(Osteoporosis):
Es una enfermedad a causa de
un desequilibrio que va desde la resorción y formación ósea, manifestando
pérdida de su masa, hasta la reducción del nivel requerido para la función de
sostén normal. Con la edad se aumenta la actividad osteoclástica, se disminuye
la osteoblástica y también ocurren ambas. Aparece entre los 40 y 50 años,
afectando más a la mujer sobre todo la posmenopáusica; se presenta una
disminución del espesor cortical y de la cantidad y tamaño del hueso esponjoso;
asimismo, dos clases de osteoporosis como causa de osteopenia radiológica: a).
la posmenopáusica, involutiva e idiopática; b). por trastornos endocrinos,
hereditario, entre otros.
La afectación no es general,
se dan cambios en los tejidos esponjosos, tales como: Los huesos del tronco,
tales como la columna vertebral, las costillas, el esternón y los de la pelvis;
con menor frecuencia: cuello femoral y el cráneo. Entre los signos compatibles
visibles con la osteoporosis tenemos “en seis (6,1%) ejemplares de Portabelo,
Soacha, Cundinamarca, T-4 (femenino, 40-45 años), T-28 (femenino, 50-55 años),
T-4 (masculino, 50-55 años), T-42 (masculino, 40-45 años), T-42 (masculino,
50-55 años), T-61 (femenino, 40-45 años) “(Rodríguez, 2006, p. 180).
Existen otros casos
exhumados por la Fiscalía en 1993, entre ellos: a). 7 casos (28%) reportados
por Boada de osteoporosis generalizada en Marín, Boyacá; b). de Aguazuque, Soacha,
Cundinamarca, con pérdida ósea en tejido esponjoso y cortical más agrandamiento
de la cavidad medular, está el 1,9% con un individuo femenino de 36 a 55 años,
edad adulta media (período precerámico)
Conclusión:
Finalmente se deduce que
basados en la distribución tanto genérica, ontogénica, cultural, como
geográfica de las patologías sacadas en los cementerios citados, la afectación
de esta enfermedad se da en ambos sexos (4,7% en mujeres y 7,7% en varones [Portabelo]),
de edad avanzada por encima de los 40 años (persona considerada anciana), de
población agrícola (17,1%) en el período precerámico (1,9%), pero igual de
común en territorio muisca (Marín, Boyacá). “En las tierras bajas también se
reporta, pero el mal estado de preservación de los restos por la práctica de la
cremación impide una mejor observación” (Rodríguez, 2006, p. 181).
Bibliografía
Rodríguez,
J. V. (2006). Las enfermedades en las condiciones de vida prehispánica de
Colombia. Universidad Nacional de Colombia.
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