miércoles, 16 de febrero de 2022

El dilema en las redes y cotidianidad

 


El dilema en las redes y cotidianidad

 

Por Didier Lanao Rebolledo

 

            Hubo un tiempo (hace un año) que dejé de debatir en las redes sociales. Este es un espacio de "libre" expresión donde puedes pasar de la vida anónima a la pública con tan sólo un Clic: como cantante, escritor, artista en sí, o cualquier tipo de profesión, o ciudadano(a) del común que quiere y merece ser escuchado. Sin embargo, fallamos en las habilidades comunicativas y olvidamos que dar nuestro punto de visto y/u opinión no es la verdad absoluta; que NO debemos usar palabras altisonantes, humillantes, o tratar de ign0rante o inepto de forma eufemística a la persona con quien mantienes el debate o feedback; que el compartir un meme no implica estar al 100% de acuerdo o conforme con él, así sea que arriba de este, no haya ningún tipo de leyenda (comentario); que el hecho de que NO estés compartiendo estadísticas y análisis críticos económico-políticos, no te hace una persona con falta de criterio para estos temas y demás.

            Es decir, todo se ha vuelto crítica destructiva y muchas publicaciones se han vuelto la arena donde se riñen cerebros "cultos" e "incultos"; señalamientos de la vida ajena cuando no "somos" ni "seremos" un ejemplo a seguir para una sociedad en armonía. Cada uno cree tener la razón, y la tiene, sólo que, dentro de su parámetro, criterio, creencia, etc.

            Pero ¿quién soy yo para decir esto? Sólo soy un ser humano que compite contra sí mismo, es decir, con el que fue ayer y no desea repetirse. Tengo muchísimos errores qué combatir, pero ya eso es asunto de mis neuronas y autocrítica. No pretendo ser mejor que tú (quien está leyendo), no me interesa querer humillarte en un debate o demostrar que me he leído tal o cual libro o visto tal o cual documental, tampoco de que mi género musical es mejor que el tuyo, y mucho menos que, mis preferencias de creencias/cosmovisión/episteme, libros, películas, idiomas, lugares turísticos o de pareja, son más elevados que los que tú posees. NO. Sólo quiero ser mejor y saber si puedo expresarme sin sentirme arrollado por la intolerancia y prejuzgamiento (al igual que muchas otras personas); el ser humano es un ser social por naturaleza (o necesidad natural, yo qué sé).

            Y ¿por qué digo esto?, por la sencilla razón de que muchas de mis publicaciones son con el objetivo de compartir mi punto de vista, pero también para activar y/o liberar eso que últimamente tenemos aprisionado en nosotros, y es el odio, la egolatría, la intolerancia, la injusticia, la necedad, entre muchos más. Y funciona, ejemplo más reciente fue cuando pregunté a cerca del libre albedrío. La gran mayoría NO fue capaz de dar una respuesta sin caer en todo lo que he dicho anteriormente.

            Podría seguir ampliando respecto a este fenómeno del libre albedrío, pero sería repetitivo, ya que la conclusión es la misma, además, no me refiero a eso sino a todo (ya después daré mi punto de vista ante esta frase). Cuando se lea o vea algo en las redes, y si crees conocer a la persona ya sea amigo, familiar, pareja, conocido o compañero de trabajo o de estudio, aprende a ver más allá y no vomitar palabras, agravios disfrazados de eufemismos, y menos, hacer el ridícul0 sabiendo que caes en tu misma crítica destructiva.

            No siendo más, me despido sin hacer una conclusión que aplaque el ritmo de la escritura. Vive y deja vivir.

Hasta pronto.

Santa Marta, 2021.




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