La antropología y lo cotidiano: La comunicación (Calle Restrepo, Horacio)
Ficha de lectura por Didier Lanao Rebolledo
Palabras
Claves: Comunicación, Diálogo Callejero,
Conversación, Observación, Conducta, Cultura, Sociabilidad-Socialización,
Lenguaje, Ostracismos Social.
Texto:
Descriptivo. Relatado en primera persona del singular.
Realmente
comparto el punto de vista de Calle Restrepo en varios aspectos, excepto uno
que más adelante trataré.
Reconozco que jamás había visto la comunicación o el diálogo tan sólo como el medio que utilizamos, inconscientemente, para la socialización. Una sociabilidad más allá de conocernos y ya. Algo que cala bien hondo de ir penetrando en otros imaginarios, en otras formas de concebir el entorno llamado mundo, un macro universo donde orbitan distintas culturas, o tan sólo, costumbres y prácticas; si con las familias distintas a la nuestra nos referimos.
La idea de la institucionalización de la costumbre de comprar el periódico
responde a la mecanizada forma de vivir; referente a los que no los leen.
Aquellos que sólo leen fragmentos, pues, no están obligados a hacerlo
completamente, a menos que lo hagan como personas que conozco: un acto
inconsciente de parecer intelectual o una persona informada.
En cuanto al mecanismo de desinformación de los periódicos, que, según
Calle, está al servicio de determinadas ideologías, obedece a la misma
institucionalización y que con el tiempo se relaciona con Foucault a cerca del
sujeto y el poder; en donde podemos notar el poder que tiene el lenguaje a
través del acto cotidiano de la conversación, que va inoculando ideas, formas
de pensar, determinando así, nuestro proceder, nuestra forma de ser. Los
chismes, los rumores, las medias verdades, que empiezan con un “run-run”
(murmullo), van tomando fuerza, se alojan en los pequeños grupos, luego a toda
la localidad llámese barrio, vereda, vecindario, y al final de cuentas (del
proceso comunicativo), ese murmullo, quizá de una sola persona no dos, es decir
subjetivo, cuando está en boca y mente de toda una colectividad, se vuelve
“objetividad” que no es más que un estereotipo, pasa a dañar la imagen y buen
nombre de cualquier ciudadano.
Por tal motivo, Calle Restrepo, hace énfasis en esa máscara, en esa
mentira que surge en el diálogo callejero:
“La palabra, este producto social, se ha hecho para mentir. La verdad es, como
la palabra, un producto social” (Calle, 2004, p. 46) esto, lo puedo configurar como
un silogismo:
P1: La
palabra, este producto social, se ha hecho para mentir
P2: La
verdad es, como la palabra, un producto social
C:
La verdad, siendo un producto social, se ha hecho para mentir
Podemos asegurar que nuestra vida,
formada por productos sociales, es una mentira, la cual le llamamos Verdad.
Lastimosamente, el termino Verdad, suele ser usado con ahínco en la
Religión que promete paraísos, reencarnaciones, vidas en otros planetas, etc. Y
todo aquel que esté congregado en una de ellas debe regirse bajo esta ley; ¿Y
si no?, pues, es sometido a una reprensión semejante a un castigo. Tal fue el
caso de un conocido Testigo de Jehová, que, por sostener intimidad con otro
congregante, siendo novios sin casarse, fueron señalados, criticados, y
finalmente, al mejor estilo de la antigua Grecia, condenados al ostracismo social.
¿Alguien dijo Hecho Social? (Durkheim, 1988)
Pero no todo es malo dentro de esta sociabilidad. También, están los
debates filosóficos, políticos, culturales, que, en su mayoría, enriquecen
nuestra lógica.
Para terminar, dos puntos, el primero: cuando, Calle Restrepo habla de
la Familia, no pude evitar evocar a Halliday: “En el desarrollo del niño(a) como ser social, la lengua desempeña una
función importante. La lengua es el canal principal por el que se le trasmite
los modelos de vida, por el que aprende a actuar como miembro de una “sociedad”⸺ dentro y a través de los diversos
grupos sociales, la familia, el vecindario, y así sucesivamente⸺ y adopta su “cultura”, sus formas de
pensar y de actuar, sus creencias.”
(Halliday: 18). Y segundo: siento que nuestro autor, con todo el derecho a su
libertad de expresión y de conciencia, raya un poco en el sexismo cuando suelta
expresiones tales como: “En una sociedad
machista como la nuestra, la mujer renuncia a su vida y la pega como un vagón
más al tren de vida de su marido.” O esta “Al casarse la mujer entra en una relación de dominación que la
deshumaniza” me parece sumamente extremista, y muy generalista. Entiéndase
el sexismo como esa práctica y actitud discriminatoria que infravalora a las
personas por razones de sexo biológico o hace distinción alguna, del cual se
asumen características y comportamientos que se espera, las mujeres y los
hombres, actúen cotidianamente. Y lo curioso es que lo haga él que sabe que el
lenguaje estructura formas de pensar, que, a su vez, estructura el actuar.
Estaría aportando al abismo que hay entre los géneros; claro está, sin
desmeritar toda la amplia labor que hizo en su trabajo de campo.
Bibliografía
Calle Restrepo, Horacio. (2004). LA ANTROPOLOGÍA Y LO COTIDIANO: LA COMUNICACIÓN. Universitas Humanitas N° 33
Halliday, M.A.K. EL LENGUAJE COMO SEMIÓTICA SOCIAL: LA INTERPRETACIÓN SOCIAL DEL
LENGUAJE Y DEL SIGNIFICADO. Fondo de Cultura Económica. Pp 18
Durkheim, Emile. LAS REGLAS DEL MÉTODO SOCIOLÓGICO. 1988. Fondo de Cultura
Económica. México. Pp 40 y 41.
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