domingo, 9 de mayo de 2021

Capítulo 2. Manifestantes/vándalos: el cuadro de bifrontismo

 


Capítulo 2. Manifestantes/vándalos: el cuadro de bifrontismo 

Una forma de ver los signos y síntomas de esta sociedad colombiana que padece una enfermedad es ver en las condiciones en que se encuentra la ciudadanía: un proceso de sujeción/subjetivación brutal. Partamos del ciudadano marchante y a la vez de su contraparte. Este ciudadano es el cuadro de bifrontismo, es decir en ese estado comparativo en el que una palabra o frase cobra un sentido aparentemente distinto al leerse al revés, ejemplo: “arroz/zorra, adula/aluda, aires/sería, amina/ánima, asir/risa”, es decir, cuando ciertas palabras están escritas y se reflejan en un espejo, podrían estar mostrando un sentido adverso (enlace Palíndromos, bifrontismo y bifrontismo poético (batiburrillo.net)). El asunto está, en que no es una palabra sino el ciudadano de a pie que sale a marchar y que dependiendo quién se refleje en él o qué opinión vuelque sobre él, el sentido de este ciudadano observado cambiará.

Un mejor acercamiento al concepto de sujeción lo tendremos en otra reflexión, por ahora sólo haremos un esbozo. Primero, debemos comprender que un individuo es construido en las dinámicas y relaciones con algún otro u otros individuos. Es decir, en las diferentes relaciones e interacciones cotidianas: dialogo, costumbres, actividades colectivas, el uso de un lenguaje, normas convencionales de convivencia, estructuras sociales, pertenencia a un territorio, constituciones simbólicas, formas de ver el mundo y demás. Entre estas y otras dinámicas de representatividad  ideológicas, políticas, religiosas y sus acciones, el sujeto crea su identidad estableciendo semejanzas y diferencias entre lo que es él y el “otro” de su comunidad que es muy próximo a él, a diferencia de ese “otro” que no pertenece, uno más lejano; un "otro" que también soy yo, y un "yo" que también es el otro. De esta forma, se generan en él actitudes, aptitudes, sentimientos y emociones, comportamientos/conductas, toma de decisiones y tratos con los demás (Foucault, 1973; Ruíz y Strevel, 2008 y Zemelman, 2006).

Sin embargo, hay otra forma de constitución del sujeto, donde debemos ver que la sujeción/subjetivación, es un proceso de construcción de sujetos de conocimiento y comunicantes, primeramente, y que estas se aprecian como práctica social. Dichas prácticas, no sólo producen saberes que condicionan y crean objetos, conceptos y técnicas, sino que, engendran diversas formas de sujetos y sujetos de conocimiento y comunicantes; es decir, se crean sujetos propios, contextualizados (Foucault, 1973). Algunas personas se cuestionan ¿si no es algo del azar o sin culpa o si es algo que se produce adrede, con una intención?, es decir, una forma de intervenir en la voluntad, interpretación y comportamiento de ese individuo. Ahora bien, el asunto de la sujeción/subjetivación no es difícil de llevar a la práctica, los medios de información y la vox populi son un ejemplo tácito. 

Miremos estos encabezados entre muchísimos. Aclaramos de que no tenemos nada en contra de los medios y/o autores de lo que van a apreciar, sino, es un llamado a la prudencia respecto al lenguaje, asunto del cual trata este capítulo: 



Fuente: Enfrentamientos | Santa Marta vive una noche de terror: saqueos y enfrentamientos - Saqueos (headtopics.com)


        Acá tenemos el uso de dos términos: desmanes y noche de terror. Si recurrimos a la página Definción.com nos encontramos que el primero trata de “desordenes, disturbios o incidentes que alteran la tranquilidad o el normal desarrollo de algo. Por lo general se trata de trifulcas o ataques que requieren la intervención de las autoridades”, pero al leer al segundo, se nos podría venir a la mente Jason, Freddy Krueger, un ataque zombie, La Purga, o en su defecto, la masacre al Salado o al playón Orozco, más no un saqueo, por mucho que no estemos acostumbrados a lidiar con estos eventos. Ahora bien, si con el terror nos queremos pronunciar, ¿no sería pertinente referirse al ataque por parte de las fuerzas armadas al grupo de manifestantes en Santa Marta en la troncal del Caribe el 5 de mayo, que no llevaban mucho tiempo en el lugar, cuando muchas motorizadas llegaron lanzando gases y disparos directos, no al aire?, o en su defecto, échale un vistazo a este enlace: ¿Qué está pasando en Colombia? 7 impactantes videos - Los Angeles Times (latimes.com) Continuemos. 



           Si analizamos tanto el encabezado como la descripción de la noticia, no sólo informa sobre un suceso que alteró el orden público, sino que deja como responsable directo a los manifestantes de estos actos como el que se contempla en la segunda imagen. Veamos la siguiente: 




Y ahora, el mejor ejemplo de todos:



"Fedepalma, a través de un comunicado, señaló de oportunista a las personas que incitan las movilizaciones y cuestionó que las marchas lleven al cierre de vías de hecho “para perturbar el orden público, vandalizar los bienes colectivos y arrasar en forma arbitraria los derechos más emblemáticos de nuestro orden constitucional”. 

Indicó que más allá de cualquier coyuntura, el gremio palmero ha construido su institucionalidad alrededor del respeto a ultranza del Estado de Derecho y del acompañamiento permanente a las autoridades legítimamente constituidas".


Y esto dice el comentario: El mismo estado con la fuerza pública se encarga de armar la guerra civil para justificar el mal manejo de los recursos públicos.

            Una vez más, hacemos la aclaración de que no se tiene nada en contra de quienes son los autores de lo que hemos apreciado, sino que, exponemos los ejemplos tácitos de cómo se produce el bifrontismo del ciudadano manifestante que a la vez queda como vándalo,  criminal y/o terrorista tal como lo explicaremos en el tercer capítulo. No se trata de decir "algunos", sino al presunto "llamado" al "ciudadano de ejercer el derecho a la protesta bajo el marco del respeto"; y luego, se emplean términos como: delincuencia enmascarada de protesta. Indirectamente se homogeniza, se incluye en un sola bandeja a manifestantes y personas de conflicto, aunque más adelante, la alcaldesa parece usar un cambio de frente, como lo expondremos en siguientes párrafos. Sin embargo, no es tan estigmatizante como los términos usados por FEDEPALMA, como lo es el de "oportunistas", y el de "perturbar el orden público, vandalizar los bienes y colectivos y arrasar en forma arbitraria los derechos emblemáticos", quizá se nos vendría a la mente Homero Simpson diciendo:


Ahora bien, lo que queremos decir es que las ideas son influenciadas ya sea para alojarlas en mente y boca de la ciudadanía o para fortalecer las que ya están en ellas (hay que reconocer que las personas también tienen su libre forma de pensar e interpretar.). Entonces, lo que dicen los medios las personas lo repiten, es decir toda una suerte de constitución de sujetos comunicantes, por ejemplo:

Si hay un encabezado que dice: “los samarios salieron a marchar y a destruir el erario y saquear almacenes”; las personas van a decir: “es que dicen que van a marchar y lo que hacen es salir a saquear los supermercados y destruir el bien público”.

Si el encabezado es: “la manifestación terminó en disturbios, enfrentamiento con la fuerza pública y vandalismo”; las personas van a decir: “es que toda marcha se convierte en saqueos, robos, a pelear con los pobres policías, son puros vándalos encapuchados que dicen que van a marchar, pero es mentiras, todos son unos mentiroso y ladrones”.

          Y así, hasta el infinito y más allá. Es decir, hay una suerte de homogenización, meter en un solo saco a todas las personas: tanto a los manifestantes quienes ejercen el derecho a la libre protesta y pacífica, como a quienes se aprovechan de estas numerosas movilizaciones para cometer sus actos; se subsume al sujeto marchante bajo la horda de sujeto de conflicto, y se niega su particularidad de protesta, su legitimidad de sujetos de derechos manifestantes que velan por lo que le corresponde y se pronuncian ante la inequidad y desigualdad social. Esa es la excusa del Gobierno, atentar contra quienes realizan estos actos ilegales, pero ¿cómo hacen para distinguir entre los unos y los otros? ¿cuál es el debido proceso?, ¿cómo es la metodología y mecanismos para dispersar los disturbios?

Alguien una vez dijo: la opinión pública nace de la opinión privada. Si los medios difunden la información con estos tipos de encabezados, la ciudadanía la va a repetir a donde vaya y con quien esté, familiares, amigos, compañeros de estudio y trabajo, los vecinos, haciendo una fila o yendo en el bus; un bombardeo a los sentidos con la misma etiqueta y/o estereotipo: vándalos y manifestantes, ladrones y manifestantes, los vándalos saquean y destruyen, de las manifestaciones salieron a saquear y destruir… en conclusión= el manifestante es un vándalo que sólo saquea y destruye. Es decir, un leitmotiv/silogismo que se va inoculando poco a poco en la mente de la colectividad para hacer parte de su cotidianidad (sujeción/subjetivación).

Decíamos en una de nuestras reseñas de este blog titulada "La antropología y lo cotidiano: La comunicación", de Horacio Calle Restrepo (2004), que el mecanismo de desinformación de los periódicos o distintos medios, según Calle, está al servicio de determinadas ideologías, obedece a la misma institucionalización […] en donde podemos notar el poder que tiene el lenguaje a través del acto cotidiano de la conversación, que va inoculando ideas […] Los chismes, los rumores, las medias verdades, que empiezan con un “run-run” (murmullo), van tomando fuerza, se alojan en los pequeños grupos, luego a toda la localidad llámese barrio, vereda, vecindario, y al final de cuentas (del proceso comunicativo), ese murmullo, quizá de una sola persona no dos, es decir subjetivo, cuando está en boca y mente de toda una colectividad, se vuelve “objetividad” […] (puedes leer la reseña completa acá: La antropología y lo cotidiano: La comunicación.)

    Es decir, están guiando nuestra opinión, insuflan la manera de ver e interpretar lo que sucede, es por ello por lo que cuando el manifestante quiere razonar y explicar qué sucede en realidad se encuentran con estás sujeciones/respuestas:

·         Tanto que salen disque a marchar porque el Gobierno roba, y ellos salen es a robar, son peores

·         Hey, ya eso no es protesta sino vandalismo, ¿qué culpa tienen los pobres comerciantes?

·         Manifestante, no salgas a saquear lo que a mucha gente le costó mucho esfuerzo conseguir.

·      No nos dejes sin trabajo, eso pasa cuando en vez de manifestarte lo que haces es salir a saquear robar y destruir el bien ajeno.

·         Si sales a saquear en vez de protestar, entonces tú eres  parte del problema

Y las dos peores:

·         Manifestante que venga a robar, lo mato a palo.

·         Yo no protesto, yo produzco

    He ahí el lenguaje homogenizante de sujeción/subjetivación, de relacionar lo no-relacionable. No, no pueden ser peores algunas personas que tomen un televisor o un saco de arroz de un almacén en medio de un disturbio, que un Gobierno que desaparece gente; ataca manifestantes maltratándolos, sacándoles ojos, cometiendo abuso sexual y en el peor de los casos matándolos o desapareciéndolos; que mata líderes sociales, expropia la tierra de indígenas y campesinos, contamina y explota los recursos naturales, produce falsos positivos, nos quita las horas extra más la pensión poco a poco y nos entrega un sistema de salud hecho trizas (ni hablar de la educación). No, lo sentimos, no hay punto de comparación. Se habla de que los manifestantes saquean los lugares dejando sin empleo a quienes trabajan ahí ¿manifestantes que saquean?, y en otros aspectos ¿el desempleo que genera el gobierno qué?, ¿no se pronuncian sobre esto? Ni hablar de los comerciantes que dicen cómo la gobernación permite que haya manifestaciones en plena pandemia cuando a ellos le exigieron aplicar los protocolos y reducir el personal de trabajo, y que, por ende, van a volver a contratar y permitir que todo el mundo ingrese. Sin comentarios.

   Como diría “La canción de los deseos” de Mago de Oz: están haciendo que entre los dos hagamos muros de rencor y así nunca conocernos tú y yo. Y cuánta razón posee porque entre amigos, familiares y parejas se ofenden, reprochan y recriminan, cuando uno le intenta hacer entrar en razón y crítica justa al otro, lo que gana es que lo tilden de vándalo también, o en su defecto que justifica al vandalismo, que la costa quedó mal una vez más como siempre, que parecen los más necesitados, que se desvían los objetivo de la marcha, que no quieren saber más nada de los samarios solo de la gente de Cali o Medellín, como si allá no se hubiesen presentado también estos disturbios, o como si la desigualdad social y el abandono estatal no estaría ejerciéndose sobre la región Caribe.

   Del mismo modo, ¿qué decir cuando expresan “yo no marcho, yo produzco”? O cuando, después de sopesarles las vidas humanas que se están perdiendo, afirman con un típico aire de indiferencia que: siempre estarán en juego las vidas humanas independientemente de lo político, económico, religioso, y que ellos y ellas no marchan porque les toca trabajar duro por su cuenta, que a los del paro les darán dinero y todo volverá a la “normalidad” ya que siempre es así, que más bien trabajen en vez de ser vagos en sus protestas. La pregunta es, si antes de las protestas y los paros, ya ellos trabajaban, ¿qué están produciendo si miles de personas les ha tocado salir a marchar una y otra vez? ¿Y ahora qué siguen produciendo, aparte para quienes los contratan? Afirman de que la mejor manera de cambiar este país es trabajando, pero ¿cuáles son las condiciones laborales y salariales, junto a las oportunidades de estas? ¿dónde hemos escuchado ese comentario indiferente antes? Ah, sí, en Uribe quien decía: trabajar, trabajar y trabajar y nos impusieron horas de más, nos quitó las horas extras, aumentó las semanas para obtener la pensión, etc. O la épica de: trabajen, vagos, de María Fernanda Cabal.

  Luego, cínicamente todos se justifican diciendo: no, pero no todos, yo sí digo que marchen, pero ajá que no saqueen… primero mancillan el nombre, dan el golpe y luego dan el sana, sana colita de rana.

Exhortación a ampliar la mirada

No podemos seguir en esta inercia pasiva y estéril, alimentar la incomprensión y desinformación, la mirada constreñida del indiferente y apático. Miremos detenidamente todos estos signos y síntomas y no desliguemos los eventos particulares del fenómeno general del país. Insistimos de que no se está justificando a nadie, sólo ver más allá de nuestras narices, una cosa es la gente que aprovecha las marchas para saquear y otra muy diferente las que canalizan bajo lanzamientos de piedras y demás, su inconformidad con el Gobierno y el Estado: existen manifestantes, quienes marchan y paran todo para estremecer a la sociedad, pero entre ellos se infiltran personajes que se aprovechan del momento para actuar bajo su propio interés. Miremos que ocurren largas caminatas, gritos, bailes, cantos, toque de tamboras, pitos, vías paralizadas, y también saqueos, quema de buses y derrumbamiento de cámaras de foto multas.





Ahora bien, ¿por qué atacar un bus del servicio público y no los carros particulares, taxis, motos?, ¿no será que los ciudadanos se sienten asaltados por el incremento desmedido de los pasajes y la única forma que tienen para canalizar esa frustración sea el “que arda todo” con lo más cercano que se tiene?, ¿o por qué atacar las cámaras de fotomultas?, ¿no será que los ciudadanos están cansados de cómo estas cámaras son un mecanismo de vigilancia, control, represión y coerción, que sólo beneficia al departamento del tránsito quienes se lucran con los altos costos de las multas, que entre otras, son impuestas a personas que realmente no las han contraído?, ni hablar de Air-e que está reemplazando a Electricaribe S.A. Es decir un: que arda todo con lo representativo o simbólico del Estado que tenemos a la mano.

No es que se justifiquen estas acciones, sino que algo nos quieren decir, la sociedad cual organismo que padece una enfermedad está expresando sus signos y síntomas: tira cámaras, quema buses, crea caos, pero también sale a caminar y gritar, a movilizarse, es decir, se producen diferentes tipos de sujetos sociales, nos estamos sacudiendo la represión y autoritarismo que se está convirtiendo en totalitarismo. El fenómeno es la inconformidad de la ciudadanía en contra de un Gobierno que está haciendo con nuestras vidas, grupos étnicos, campesinado y negritudes; comunidades de estudiantes, artistas, de género y demás; tierras y cultivos, recursos naturales, las pensiones, etc., lo que les place ¿Hasta cuándo vamos a seguir en la misma inercia?, ¿cuándo vamos a terminar de despertar Colombia entera? Si hay que desbordar ingentes ríos de personas de todas las zonas y regiones, dialectos, patrones ancestrales, etc., lo vamos a hacer, y si en medio de todo surgen eventos indeseados e inesperados como consecuencia de sacudir la conciencia, pues que ocurran.

Sin embargo, sé que te preguntarás qué tiene para decir La voz de Jano respecto a los saqueos. Pues, sencillo, cuestionarnos que si los saqueos fuesen una actitud propia de la sociedad, ¿por qué no han sido más comunes de lo que han ocurrido?, ¿por qué no sucedió como tal en época de confinamiento al nivel que se ha dado en esta protesta, cuando el Gobierno sólo se presentó con pañitos de agua tibia?, el hambre fue brutal, ¿será que es el nuevo sujeto que se está produciendo o es el que quieren crear?, ¿por qué la policía no atendió ni un solo saqueo a pesar de las muchas llamadas y denuncias?, ¿es llevado a cabo por sí mismos o es algo inducido, generado por alguien que quiere deslegitimar el paro y la protesta, en sí un derecho fundamental?

Está bien que se quiera difundir la información de los saqueos y demás, apelando a la libertad de prensa y “de expresar y difundir su pensamiento y opiniones”, pero se olvidan de estos dos aspectos del Art. 20 de la Constitución Política de Colomba (C.P.C), uno: “la de informar y recibir información veraz e imparcial”, y dos: “tienen responsabilidad social”.  Y hablando de ello ¿dónde están las noticas que reflejan la otra cara de la situación?, ¿dónde las que cubriesen las marchas, la gran cantidad de gente que está dispuesta a movilizarse por encima de una emergencia sanitaria?, ¿dónde las que expongan las diferentes zonas del país que tomaron la fuerza y decisión de marchar?, la marcha y el paro en sí mismos, con sus diversos motivos por el cual se ha salido a las calles, o en su defecto, ¿olvidan que los saqueos ocurrieron en horarios y lugares y rutas distintas de las marchas y que por ende no hay manera de relacionarlo?, También que, el número de marchantes de este 28 de abril del 2021 hasta la fecha parece haber superado al del 21 de noviembre del 2019, ¿por qué  no se habla que mientras unos se conforman con lo que el Gobierno les tira para roer, hay otros que dicen NO MÁS y están en prime línea para afrontar lo que sea que venga? De las que sí hablaron de la otra cara de la manifestación, es decir, de lo que estamos hablando, hasta el momento contamos con estas:


             La primera expone la cantidad de personas que en Colombia quieren una transformación de su país, nada más que el 73% hasta ese momento que se publica la notica. La segunda nos recuerda una palabra muy hermosa y que ha costado mantener y hacer carne y sangre en nosotros: Resistencia. Y la tercera, es una notica buena, el saber que se suman más personas a la causa. Pronto haremos una reflexión de la participación y hazañas de la Minga Indígena, quienes se llevan la mayoría de las felicitaciones. Del resto, con lo de FECODE es como cantar y saltar al ritmo de esta canción: Vals del obrero ska-p LETRA - YouTube.


En fin, en otros aspectos, afortunada o infortunadamente, ya se está teniendo claridad de lo que está sucediendo realmente. Veamos las siguientes imágenes:




            En ese mismo ejercicio comunicativo, de comentarios, difusión de la información, las personas directamente en las manifestaciones o los que por lo menos pasaban por ahí, veían desde sus casa, autos, o esquinas, graban, toman fotos y comparten lo que ven. Las redes pueden ser un gran nido de desinformación, pero también de testimonios de personas directamente involucradas, o con familiares que sí lo están, que recogen lo que está pasando, de lo que se dan cuenta. Esto que se acaba de apreciar también es vox populi como esto:




Miremos ahora este cambio de frente de cual habíamos prometido tocar párrafos más adelante:

Fuente: Vándalos hacen saqueos en almacenes de cadena en Santa Marta - Diario La Libertad - Periódico Noticioso de Colombia.

       Aunque no se comparten estas palabras de señalar a los manifestantes:para dar con el paradero de los manifestantes que han sido instrumentalizados para estos hechos de saqueos y destrucción de los cuales no van a tolerar las autoridades del Magdalena. Se rescata la posición de que puede haber personas que sean instrumentalizadas, usadas para un fin siniestro. Al parecer ya se pretende dejar claro que existen por un lado manifestantes y por el otro sujetos de conflicto. 

A ver si entendemos, estos saqueos por los cuales los manifestantes eran señalados y juzgados, resultaron ser obra de la misma fuerza pública para deslegitimar la marcha y más adelante justificar su abuso de fuerza, el uso de armas de fuego y desaparecer personas, o disparar indiscriminadamente a sangre fría sobre una manifestación sin armas distintas a su conocimiento de sus derechos y principios fundamentales, ¿Es así o nos estamos volviendo locos?, en el siguiente capítulo titulado Distintas violencias: deslegitimación de un derecho fundamental, vamos a aclarar esta duda. Por ahora, nos preguntamos ¿si todas estas personas que señalaron de vándalos y criminales a los manifestantes saben de este siniestro complot o si lo ignoran o les da igual?, o en el mejor de los casos ¿serán capaces de reconocer que fueron “víctimas” de la sujeción de los medios y de esta manipulación y que, por ende, muchos se merecen por los menos unas disculpas?, no se les ha visto retractarse por haber hablado sin conocimiento de causa; creo que los manifestantes se las merecen, entre estos la alcaldesa Virna Jonson que usó términos de vándalos, criminales y demás. Y si se van a sumar a la causa, mucho mejor: el país los necesita.

            Queda sobre el tintero, que fuera de lo que se está denunciando poco a poco de la infiltración de las fuerzas armadas entre civiles y el pago a personas del común a participar de los saqueos, es que existan personas que se presten para estos actos, independientemente de que sean venezolanos o colombianos, por lo menos a los de acá deberían darles vergüenza. También, recoger testimonios de personas que según se comenta en diferentes escenarios, hay distintos grupos de jóvenes entre 15 y 22 años, aproximadamente que  sólo fueron a crear caos y disturbios o enfrentarse con la fuerza pública (en el instante que tengamos la información se la compartiremos), totalmente distintos a quienes sí salen a parar y manifestarse por que todo en este país cambie, como sabemos que va a cambiar por encima del precio a pagar.

            Gracias por leernos. Pronto estaremos compartiendo nuestro Capítulo 3, Distintas violencias: deslegitimación de un derecho fundamental, en donde hablaremos de las varias formas en que se ha estado ejerciendo el poder sobre los manifestantes y el resto de la ciudadanía por medio de distintos tipos de violencia como son la física, la mediática y la simbólica.

Hasta pronto.


Bibliografía

Foucault, Michel (1973). La Verdad y las Formas Jurídicas de Foucault. Conferencias dictadas en Braill.

Ruiz Carrillo, Edgardo y Estrevel Rivera, Luis Benjamín. (2008). La ideología y la transformación del sujeto. Universitas Psychologica V. 7 No. 1 enero-abril, p. 33-41

Zemelman Merino, Hugo (2006). Pensar la sociedad y a los sujetos sociales. Revista Colombiana de Educación, (50),14-33.[fecha de Consulta 9 de Mayo de 2021]. ISSN: 0120-3916. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=413635244002

Capítulo 1. Panorámica de la situación actual de Colombia

 


Fuente: ONU pide garantizar derecho a la protesta en Colombia (noticiasrcn.com)


Capítulo 1. Panorámica de la situación actual de Colombia

El 28 de abril del 2021 es una fecha que quedará en la retina y cerebro, no sólo de los habitantes de Colombia, sino de sus alrededores y parte del mundo entero. Y digo fecha, más no movilización, porque quienes manifestaron con fuerza y mucha entrega desde el 28 hasta este presente, son los mismos quienes despertaron a ese gigante dormido de la resistencia el 21 de noviembre del 2019; para lo cual, vale la pena recordar algunos puntos de esa magna fecha.

Cuando los albores de la pandemia se daban cita en la China del 2019, acá en Colombia, en el mes de noviembre del mismo año, surge una gran iniciativa ciudadana junto a más de cuarenta organizaciones y agremiaciones, convocando a un gran paro nacional. Entre estos, estuvieron: trabajadores y sus organizaciones sindicales, organizaciones de mujeres, plataformas y movimientos estudiantiles, movimientos campesinos y étnicos, profesores universitarios, comunidad LGBTI, corporaciones de teatro, organizaciones comunales y de artistas, y empleados judiciales.

Así mismo, según Boris Duarte (2019, razónpública.com), "Colombia aparece hoy como la respuesta obvia ante el fracaso de un modelo económico y de un régimen político que permitió la captura del Estado y de la riqueza del país por unos cuantos monopolios y mafias"; por ello, expone que la pobreza había llegado a un 30% en 2018, pero que en Guajira y Chocó superó el 60%; que según la CEPAL, nuestro país es el segundo más desigual” donde "el 1 por ciento de la población más rica concentra el 20 por ciento del ingreso". Asimismo, explica que la Misión de Observación Electoral (MOE), informa que las anteriores elecciones alrededor de 461 municipios padecieron fraude electoral y otros 305, sufrieron riesgos "de violencia y presión por parte de los grupos armados y las redes del narcotráfico". Esto, sin perder de vista que:

 La Fundación Pares afirmó que las pasadas elecciones regionales dejaron un saldo de más de veinte candidatos asesinados y por lo menos 150 amenazados. Adicionalmente, en los últimos tres años han sido asesinadas, según Indepaz, más de 800 personas entre líderes sociales, defensores de derechos humanos y excombatientes. (Enlace 1 de consulta ¿Quiénes convocan al Paro Nacional del 21-N y por qué? - Razón Pública (razonpublica.com)) (Enlace 2 de consulta Informe líderes y defensores de DDHH asesinados al 26 de julio de 2019 – Indepaz).

Aunque al contrastar con la propia página de la MOE, las cifras cambian, no deja de ser un hecho lamentable por la cantidad de municipios afectados por estos riesgos de distintos niveles (Enlace de consulta fraude electoral archivos - MOE - Misión de Observación Electoral). Entrando al siguiente enlace, tendrás el documento de Mapa y factores de riesgo electoral: Elecciones nacionales Colombia 2018(Mapas_y_Factores_de_Riesgo_Electoral_MOE_Elecciones_en_Colombia_2018.pdf).






Por su parte, Daniel Pardo (2019, BBC News), afirma que los motivos de la protesta, aparte de los antes mencionados, que se convocó por centrales obreras se convirtieron en sí, en una protesta "en contra de las reformas de pensiones, laboral y educativa y a favor del acuerdo de paz firmado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)", y si es el caso en el incumplimiento de estos. Del mismo modo, se militarizaron partes del país, se culpaba de chavistas a los manifestantes para deslegitimar el paro, se presentaron disturbios, daños en infraestructura pública, abuso de fuerza y uso de armas de fuego contra los manifestantes por parte de las autoridades, y demás hechos lamentables (Enlace de consulta Paro nacional en Colombia: 3 factores inéditos que hicieron del 21 de noviembre un día histórico - BBC News Mundo).

Enlace de consulta anexo: Las 10 razones del paro nacional del 21 de noviembre (ens.org.co)

            Para sintetizar lo dicho hasta el momento y agregar otros datos de suma importancia, tengamos en cuenta las palabras de Nicolás Aguilar-Forero (2020) quien hace un estudio de caso del Paro Nacional en Colombia, afirmando que ese 21 de noviembre del 2019, miles de personas se movilizaron en todo el país en contra de lo denominado paquetazo neoliberal del presidente Iván Duque: la reforma tributaria, la reforma pensional y la reforma laboral, y que en su pie de página son anexa que:

El término “paquetazo” en la historia reciente de América Latina proviene de las medidas económicas de austeridad propuestas por Lenín Moreno en Ecuador, que incluyen la eliminación de subsidios a los combustibles y reducciones salariales. Tales medidas, impulsadas desde el Fondo Monetario Internacional, desataron en octubre de 2019 una masiva revuelta con amplia participación de trabajadores e indígenas (p. 27).

      Es decir, el dilema por el cual atravesamos no es independiente de la realidad latinoamericana.

            Fuera de los motivos antes mencionados que han impulsado estas manifestaciones, Aguilar-Forero nos agrega unas más tales como “el holding financiero, las privatizaciones, la corrupción, la defensa del derecho a la protesta” (Ibidem), lo que se buscaba con el paro era la canalización de sus demandas e inconformidades. Pero el deseo de querer frenar y boicotear al paro no se hizo esperar, y empezaron las campañas de desprestigio, miedo, estigmatización y deslegitimación por parte del Gobierno y el partido de gobierno que en sí era el centro Democrático; recurrieron a la vieja confiable: infiltrados “terroristas” del ELN como enemigo interno, y el Foro de Sao Paulo como el externo (quizá porque el discurso del castrochavismo no hacía mella). Así mismo, aparecieron dos estrategias más: a). el paro era utilizado por la oposición para ganar puntos políticos, b). las causas defendidas no tenían relevancias ya que no exigían ningún tipo de plan para ninguna reforma ni tributaria, pensional ni laboral.  Y así se conoció el evento como el 21N convocando a miles de personas donde se paralizó las calles, se cerraron empresas y locales comerciales y muchos salieron a las calles, dando así una continuidad a otros momentos como 22N, 23N, 27N, 4D y 8D, hasta enero del 2020. Eso sí, la propaganda del “vandalismo” por parte de los medios y del Gobierno para desviar la atención, insertar ideas en la mente del público y opacar esta magna fecha, no esperó mucho.

Fuente: El paro nacional: ¿alguien tiene la razón? (semana.com)




En nuestro tercer Capítulo estaremos ampliando  a cerca de esta forma de uso de los medios.

            Del mismo modo, Aguilar-Forero, establece la tesis de su artículo exponiendo que “la fuerza de este paro nacional se encuentra en la acción colectiva juvenil y en cuatro pilares que la caracterizan: comunicación, confianza, colaboración y construcción de lo común” (2020, p. 28), entre estos el fallecido Dilan Cruz y otros manifestantes que recibieron abusos descomunales. En la caracterización de comunicación, aparecieron, por un lado, las batucadas como esos ritmos repetitivos que se interpretan en lo colectivo y que buscan “romper con el orden y los rituales de la política callejera, tienen un gran poder comunicativo pues difícilmente pasan desapercibidas y, por el contrario, con facilidad hacen sentir, reír y vibrar a todo el que se cruza con ellas” (Aguilar-Forero, 2016b, p. 1336 en Aguilar-Forero, 2020, p. 34); por el otro, los Cacerolazos como actos “de protesta pacífica y de articulación colectiva que “hizo más ruido que el vandalismo”, los gases y piedras que aparecieron hacia el final de la tarde” (2020, p. 36)

Ahora bien, no se trata de exponer todo cuanto rodea al paro nacional del 21 de noviembre del 2019, sino mostrar el antecedente más próximo en el espacio y en el tiempo que sustenta las movilizaciones que continuaron este 28 de abril del 2021, reconocer que la pandemia frenó la manifestación y que, por encima del nivel de contagio que desbordó su pico, La Colombia cansada de tanto abuso e injusticia, decidió salir a marchar una vez más. Entre varios motivos, por la nueva reforma tributaria expuesta el 11 de febrero del 2021 por parte del presidente Iván Duque (hoy no entraremos en detalle acerca de la reforma, lo haremos en una próxima reflexión).


Fuente: Colombia: una caravana musical continúa moviendo el paro nacional (france24.com)






         Esta reforma, generó una serie de inconformismos en la ciudadanía que provocó toda esta movilización que realmente ha terminado en tragedia con saqueos, grandes disturbios, uso excesivo de la fuerza y de armas de fuego contra los manifestantes, personas muertas y desaparecidas; sumándole las opiniones contrarias y debates amargos entre personas de las mismas clases sociales, familiares, amistades, que ha categorizado a casi cualquier persona en una oscilación entre los términos: vándalo y manifestante.

Fuente: Abuso policial: las preocupaciones de colectivos sobre decreto 003 de 2021. Protesta social - Servicios - Justicia - ELTIEMPO.COM

Ahora bien, en medio de todo lo dicho hasta el momento, ¿cuál será la mirada acertada para analizar estos vejámenes?, ¿son unos vándalos inescrupulosos disfrazados de manifestantes quienes incendiaron CAI’S, buses, saquearon almacenes de cadena y tumbaron cámaras de fotomultas y hasta quemaron un edificio lleno de policías?, ¿o realmente son manifestantes que salieron a marchar pacíficamente a reclamar sus derechos, protestar por todas las masacres, injusticias, violaciones, reformas, proyectos de ley y demás atropellos por parte del Gobierno y el Estado colombiano, y que en medio de ellos, se infiltraron personajes que sólo desean cometer actos vandálicos deslegitimando un derecho fundamental como lo es la protesta?, ¿tiene la policía las manos metidas en los saqueos y demás disturbios con el objetivo de culpar a los manifestantes y justificar el uso de la fuerza y de armas de fuego sobre una población desarmada e indefensa a tal punto de usar ametralladoras y hasta helicópteros como si de un campo de batalla se tratara?, ¿son los manifestantes unos terroristas vandálicos como el expresidente, hoy senador, Álvaro Uribe Vélez lo expresó en su Twitter y en varias entrevistas?, ¿son todos estos hechos provocados para generar un estado de conmoción interna para dirigirnos completamente a un Estado fascista?, ¿quiénes son las víctimas de esta tragedia hecha país?, ¿hay esperanza alguna cuando incluso caen defensores de los DDHH y hasta miembros de la ONU que llegaron a socorrer de forma imparcial a personas heridas sean oficiales o civiles? Y lo mejor de todo ¿qué podemos hacer?

La voz de Jano te propone desmenuzar en varios fragmentos toda esta maraña inentendible recurriendo a categorías de análisis, y para ello, exhortarte a que partas de una premisa: la sociedad es un organismo que está enfermo; los disturbios, paros y protestas, son los signos y síntomas; y nuestros gobernantes, la enfermedad. Esto, nos lleva a mirar la situación principalmente desde la postura de la Escuela de Frankfurt, que según Mariano Di Pasquale (2012), esta, buscaba vincular y correlacionar el proceso crítico de la ideología con el del psicoanálisis, es decir que “La escuela de Frankfurt sostiene que el proyecto de liberación que su crítica sociológica ofrece en el caso de la sociedad, la denominada teoría crítica, tiene paralelos con lo que realiza el psicoanálisis en el individuo” (p. 99).

Dicho de otra forma: tenemos por un lado, a un sujeto que observa llamado el psicoanalista, por el otro, al crítico social (sociólogo, antropólogo, político, o ciudadano de a pie); el psicoanalista observa a un paciente que padece alguna patología, trauma, síndrome, etc., y el otro, el crítico social, observa a la sociedad o cualquier colectividad; el psicoanalista puede determinar la ruta de acción y procedimiento basado en un manual o documento que lo lleva a identificar las signos y síntomas, y así mismo, al trauma o síndrome que padezca el paciente; pero, ¿cuál es el manual del crítico social?, ¿cuáles son esos signos y síntomas que debemos identificar para llegar a conocer lo que padece este paciente/sociedad?

         Vayamos desmenuzándolo poco a poco. Por ello, te invitamos a leer los siguientes capítulos. Te damos la bienvenida. Gracias por leernos.




Bibliografía

Aguilar-Forero, Nicolás. (2020). Las cuatro co de la acción colectiva juvenil: el caso del paro nacional de Colombia (noviembre 2019-enero 2020).  análisis político nº 98, Bogotá, enero-abril 2020, págs. 26-43

Di Pasquale, Mariano (2012). Notas sobre el concepto de ideología. Entre el poder, la verdad y la violencia simbólica. Tabula Rasa, (17),95-112.[fecha de Consulta 8 de Mayo de 2021]. ISSN: 1794-2489. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=39626900005







ADVERTENCIA: Entre vándalos y manifestantes: La Colombia del 28 de abril del 20/21

 

Fuente: https://www.aa.com.tr/es/mundo/-qu%C3%A9-est%C3%A1-pasando-en-colombia-el-d%C3%ADa-a-d%C3%ADa-de-las-protestas-contra-el-gobierno/2231863  


Advertencia:  lo que leerás a continuación no es publicidad o campaña a ningún partido político, y mucho menos, un discurso para inocular ideas revolucionarias sanguinarias que instiguen a tomar las armas y las vías del hecho por encima de las del derecho. Tampoco, para justificar ciertos actos censurables al ojo del ciudadano de a pie; por el contrario, buscamos brindar una mirada amplia y lo más objetiva posible para crear algo de consciencia e interés general en cuanto a lo sucedido en nuestra amada y temerosa Colombia. Por ello, hemos buscado usar un lenguaje imparcial, pero lo más honesto y directo posible. Las fuentes con las que dialoga esta reflexión las podrás consultar algunas en la medida que realices la lectura, y otras, al final en la bibliografía. Comencemos.


Presentación: La siguiente reflexión titulada: "Entre vándalos y manifestantes: La Colombia del 28 de abril del 20/21"  busca abordar de forma general la situación de Colombia en este 2021 con sus diversas movilizaciones, para crear conciencia e interés en la ciudadanía ante los hechos lamentables ocurridos, sobre todo en la ciudad de Santa Marta con los saqueos y disturbios, y en Cali con las bajas de manifestantes. Hemos divido por capítulos el texto para su mejor abordaje y apropiación. Por ahora, te invitamos a leer los dos primeros:


El Capítulo 1, titulado "Panorámica de la situación de Colombia" busca exponer el antecedente más próximo de movilización (21 noviembre del 2019) ante este 28 de abril del 2021 en adelante, quedando como la continuidad eventual; así mismo, plantear unos cuestionamientos ante los eventos y proponer una forma de ver lo ocurrido (Ir a  Capítulo 1. Panorámica de la situación actual de Colombia

El Capítulo 2, titulado "Manifestantes/vándalos: el cuadro de bifrontismo", se busca explicar cómo el individuo marchante es sometido a procesos de sujeción/subjetivación por parte de los medios de información y la vox populi de sus coterráneos quienes lo ven como vándalo, criminal y terrorista, desconociendo qué hay detrás de bambalinas (Ir a Capítulo 2. Manifestantes/vándalos: el cuadro de bifrontismo


Pronto estaremos compartiendo los demás capítulos.

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