martes, 4 de mayo de 2021

Estudios de caso de enfermedades y epidemias. Colombia Andes Orientales, Valle del Magdalena, Valle del Cauca.

 

Fuente: https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/estas-son-las-epidemias-que-han-atacado-a-colombia-en-500-anos-493750


Estudios de caso de enfermedades y epidemias. Colombia Andes Orientales, Valle del Magdalena, Valle del Cauca.

 

Reseñado por Didier Lanao Rebolledo

 

Un aspecto muy importante para conocer cómo las sociedades antiguas desarrollaron procesos de adaptación a los distintos factores de riesgo y recursos de un ecosistema, entre otras, es analizar la documentación de sus principales enfermedades y epidemias. Muchas de estas, son debido al contacto con animales domésticos y/o silvestres, para luego transmitirse de humano a humano a través de los desplazamientos y confrontaciones, entre estas: el cólera, la difteria, la fiebre amarilla, el paludismo, e incluso, en nuestro presente, la covid-19 que impacta fuertemente en ámbitos económicos y poblacionales.

 Así mismo, en 1346, la peste bubónica había tenido lugar por las invasiones tártaro-mongolas a la península de Crimea, ya que los ejércitos estuvieron contagiados por las ratas junto a mercaderes genoveses quienes la llevaron a Italia a través de las relaciones comerciales, generando la Peste Negra (1347), la más mortífera que diezmó hasta un 70% de la población en toda Europa. Esto, sin dejar atrás la Gripe Española (1918) con 50 millones de víctimas al final de la 1er Guerra Mundial alcanzando regiones como Bogotá y Boyacá.

En el caso del llamado Nuevo Mundo, las enfermedades y epidemias de origen europeo, gracias a Colón y su séquito (siglo XVI), provocaron un descenso demográfico brutal casi al 90% de los indígenas. Tanto así, que para 1582, la tasación hecha por fray Jerónimo de Escobar mostró una reducción siniestra al punto de la desaparición de algunos grupos étnicos. Muy aparte de los documentos, es menester para el autor, recurrir a los restos óseos, dentales y momificados de los prehispánicos para apoyar su estudio. Con estas evidencias arqueológicas, el autor evalúa hipótesis y propone inferencias de impactos ambientales y sociales en ámbitos nutricionales, de salud y enfermedad, demográficos, estilos de vida y demás, como la agricultura y sedentarización.

En estos análisis de relación ambiente/sociedad/biología desde lo ecológico, el término adaptación es importante, ya que, es lo que les permite a los nativos ajustarse a los cambios. Este grado de adaptación, se puede medir teniendo en cuenta la nutrición, el estado salud/enfermedad y el mecanismo de control demográfico, debido a que, la disponibilidad de alimentos es relacional al ingreso a ciertos nichos y hasta impedir el crecimiento de la población. Un factor sumamente importante muy complejo de evaluar, para el autor, en dichos registros bioarqueológicos es la cosmovisión, la forma en que los nativos interpretaban el cosmos con la tierra, la dicotomía vida/muerte y salud/enfermedad, el papel chamánico en la salud y regulación ecológica, más los diagnósticos que genera.

Desde esta perspectiva, la enfermedad es vista como un desequilibrio ecológico por la caza despiadada en temperadas fértiles o consumo de ciertos peces prohibidos, o en otros ámbitos, amoríos no oportunos con algunas mujeres, entre muchos. El chamanismo era la institución encargada de actuar e interceder en esos casos como mediador entre fuerzas ocultas y el humano, reconciliando ambas partes en un equilibrio energético universal. Es el Chaman quien regula todo en la comunidad: crecimiento poblacional, cantidad de la recolección de plantas, construcción de malocas entre otras. En este sentido, la perspectiva nativa ve a la salud/enfermedad y la muerte como ecológica por esa relación humanos/naturaleza.

El chamanismo cumplió una función de regulación del consumo y producción de alimentos y aseguramiento poblacional en el Nuevo Mundo. Como indicadores de la salud, los investigadores recurren a una metodología que les permita obtener un perfil paleopatológicos: a). La enfermedad requiere ser entendida desde su contexto, b). La cultura es un punto importante como variable medioambiental afectando, inhibiendo o acentuando el avance de una enfermedad, c). un enfoque paleoepidemiológico en el tiempo y el espacio ampliando la visión, d). como la enfermedad ataca a diferentes zonas del cuerpo y distinto de ellos, se requiere de un abordaje multidisciplinario, integral y multivariado. Por otro lado, tenemos los análisis que incluyen isótopos estables, fitolitos y otros para la paleodieta; dataciones radiocarbónicas en contextos funerarios, paleo demografía, entre muchos otros.

Para el caso de los cazadores recolectores, hallamos muchas controversias de los hallazgos con poca evidencia de la presencia temprana en el continente de América. La salud de estos nativos dependía de factores como los biológicos, los ecológicos y su comportamiento social. Cuando recién se colonizaba el Nuevo Mundo (final del Pleistoceno) se generó "un cuello de botella que redujo la diversidad genética procedente del noreste de Asia, perdiéndose la inmunorresistencia a los patógenos" (Rodríguez, 2020, p. 220). Cuando se da la expansión continental y los diversos asentamientos en distintos nichos, estos enfrentaron nuevas condiciones y a su vez, a nuevos patógenos locales junto a cuestiones climáticas. Para el Holoceno, estos cambios produjeron el aumento de la cobertura boscosa, reducción de pastizales y de megafaunas, provocando que se generara plantas para el consumo como tubérculos, bayas y frutos.

El altiplano Cundiboyacense poseía una diversidad en la biomasa animal y vegetal, permitiéndole a los cazadores recolectores tempranos contar con un amplio patrón de subsistencia, y así mismo, también pasó de tener un ambiente no propicio para que habitasen los humanos, para después sí tenerlo. Cada cambio que se gestó trajo consigo mejoras y terribles retos para los habitantes de entonces que les tocó lidiar incluso con la treponematosis, la tuberculosis y la sífilis y sus derivadas lesiones e implicaciones como en la demografía. No solo fue el impacto de los españoles que les tocó resistir, sino las consecuencias y las eventualidades implícitas al medio que habitaban.

 

 

Bibliografía

Rodríguez, J. V. (2020). Tras las huellas de los chibchas de los Andes Orientales de Colombia. Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, Departamento de Antropología.

EAD (enfermedad articular degenerativa)

 

Fuente: 


EAD (enfermedad articular degenerativa)

 

Reseñado por Didier Lanao Rebolledo

 

La relación que hay entre la EAD y la actividad física se discute antropológicamente hace más de 30 años. Algunos investigadores la atañen con una vida rígida biomecánimente hablando; otros, con la edad (envejecimiento) y la bipedación (al observar la columna vertebral). Esta enfermedad corresponde a una degeneración del cartílago y el hueso articular, “es asimétrica y pluriarticular, no inflamatoria, crónica y causa la deformación de la articulación asociando pérdida y formación ósea” (Rojas-Sepúlveda y Dutour, 2014, p. 154), es multifactorial, relacionándose con la edad, el sexo, el trauma, la genética, el bipedalismo, la obesidad, la nutrición, el estrés biomecánico y la actividad física.

La EAD, que con frecuencia se ha observado en restos óseos en áreas arqueológicas antiguas, conlleva efectos socioeconómicos actualmente en ámbitos de incapacidad laborar, hospitalización, cirugías, invalidez de corta o larga duración, entre otras. Su paleoepidemiología ha sido estudiada en colecciones óseas de Norteamérica, siendo reciente en las de América del sur. Marcan diferencias en metodologías aplicadas dificultando la comparación de resultados.

Ahora bien, los cambios entesiales (CE) son modificaciones generadas in situ de inserción y origen de músculos y tendones. Antropológicamente se han estudiado marcadores de estrés ocupacional, musculoesquelético y de robustez. En dichos marcadores (óseos) activos, se definen lesiones ubicadas in situ de inserción de músculo y tendones, por hiperactividad o por marcas generadas por músculos, ligamentos o tendones insertados en los huesos. El término de CE se propone por ser el más genérico y neutral para nombrar estas alteraciones. De esta forma, se concluye que tiene causas varias, no solo por actividad física.

Estos estudios han servido para comprender el uso muscular, debido a que la plasticidad del hueso responde al estrés del músculo gracias al cambio morfológico. Hoy día se discuten aspectos metodológicos en cuanto al registro de información y tratamiento estadístico.

Con todo esto, comprendiendo las diversas lesiones articulares en cuanto al EAD, tenemos que el cartílago articular hialino se expone a cargas de carácter mecánico exógenas aunadas al dipedismo, fatigosas carreras y esfuerzo muscular, haciendo que la columna vertebral se sobrecargue generando afectaciones como las que sufrían los pobladores indígenas por las pesadas cargas en largos trayectos por no tener animales de carga, llegando a la degradación progresiva de dicho cartílago.

Esta enfermedad se constituyó como la principal causa de morbilidad junto a las lesiones dentales en el mundo antiguo. Conocida como e artritis por desgaste y artropatía degenerativa, ya que su superficie articular debe ser deslizante y elástica para el soporte de cargas mecánica y para amortiguar golpes, entre otros aspectos. Las lesiones articulares del EAD, se dividen en 1. Artritis séptica: generada por una bacteria que cala hasta el sinovial y la cavidad articular vía sanguínea, por una infección del hueso, tejido blando o penetración directa por herida, 2. Artritis reumatoidea: enfermedad del tejido conectivo con incidencia en factores genéticos y climáticos, 3. Espondilitis anquilosante: enfermedad inflamatoria progresiva afectando las articulaciones diartrodiales de la columna, uniones costovertebrales y sacroilíaca., 4. Artritis metabólica: perturbación del metabolismo, que ataca a mayores de 40 años preferiblemente varones, provocada por acumulación de ácido úrico.

Dentro de los diferentes factores causales de procesos articulares degenerativos encontramos que, según los registros arqueológicos es conocida tanto en animales como en humanos (Neander [1856] Alemania), afectando a todas las sociedades a través de la historia sin distinción de sexo o estatus social. Dichas causas, entre muchas están los largos recorridos en la etapa de cazadores-recolectores en la persecución de sus presas; las mujeres, lo mismo solo que con presas más pequeñas pero ágiles; para ambos sexos los largos recorridos con hijos y menajes. En cuanto a los sedentarias, su patrón de afectación era la producción agrícola y artesanal: procesamiento de alimentos en metates o manos de moler de piedra, entre otros; en el Nuevo Mundo, el transporte por caminos escarpados el llevar mercancías pesadas al no tener animales de carga.

Entre diversas afectaciones está la artritis degenerativa, que afecta la columna vertebral, más en las caras articulares y los bordes de los cuerpos de vértebras cervicales y lumbares, se inicia a los 30 años intensificándose a los 40. Para cazadores recolectores su afectación era en las vértebras lumbares, rodillas, pelvis codo, hombro, muñeca, tobillo y la temporo-mandibular. En yacimientos precerámicos colombianos (Sabana de Bogotá [Tequendama, Nemocón, entre otros]), se presentan lesiones osteoarticulares típicas de cazadores recolectores: vértebras lumbares, primera sacra, escápula, radios y otros huesos largos.

Otra lesión ósea que presenta afectaciones similares es la Espondilitis anquilosante (enfermedad Marie-Strümpell), la cual afecta las articulaciones diartrodiales de la columna, más en varones. Empieza bilateralmente por las articulaciones sacroilíaca, ascendiendo por la columna afectando articulaciones pequeñas, finalmente, se destruye las articulaciones, osificando ligamentos espinales fusionando posteriormente la columna. En los cementerios del Altiplano Oriental colombiano, se reportan lesiones articulares lumbares y cervicales, constituyéndose como la principal causa de morbilidad de los pobladores de estas regiones.

Se le suman, Nudos de Schmörl más que todo correlacionados con la pérdida del espacio intervertebral, sin evidencia de degeneración avanzada del disco o con osteofitos por tracción; y Malformaciones esqueléticas, debidas a la ausencia de cierre de ciertas fisuras fetales o a la eliminación de porciones del mesénquima osteogénica.

 

Bibliografía

Rodríguez, J. V. (2006). Las enfermedades en las condiciones de vida prehispánica de Colombia. Universidad Nacional de Colombia.

Rojas-Sepúlveda, C. M., & Dutour, O. (2014). Enfermedad articular degenerativa y cambios entesiales en seis colecciones óseas prehispánicas del noroccidente de américa del sur. Chungara, 46(1), 153–169.


La estructura demográfica, indicadores paleo demográficos

 



La estructura demográfica, indicadores paleo demográficos

 

Reseñado por Didier Lanao Rebolledo

 

Una forma de abordar los grandes cambios ambientales, sociales y biológicos de las sociedades del pasado, su nivel de adaptación y capacidad reproductora es viendo sus dinámicas poblacionales y/o demográficas. Aunque está la paleodemografía encargada del conteo de esqueletos y no de los censos, esta posee unos límites metodológicos, como el establecer un motor de cambio demográfico como la fecundidad en vez de la mortalidad, ya que la primera solo afecta la base de la pirámide poblacional, cuando la segunda a todas las edades. O la representatividad de la muestra que informe sobre el cementerio en su totalidad y no parte del mismo guiado por aspectos culturales. Incluso, una población estable sin emigraciones o inmigraciones durante el uso del cementerio o los ataques de epidemias o guerras; se le incluye, una metodología multifactorial que logre dar con el sexo y la edad sin sesgos.

El autor plantea un ejemplo como arquetipo que muestra lo contrario, El cementerio de La Jagua, dice que corresponde a casi la totalidad de las tumbas donde tuvo lugar la excavación de las lagunas de oxidación; se recuperaron restos óseos, hasta los que estaban en mal estado; que hubo una uniformidad en la temporalidad de la ocupación, entre otros aspectos. Así mismo, la información demográfica recogida según Rodríguez (2016) se basa en los siguientes datos: evaluación de la proporción de sexos, mortalidad infantil, probabilidad de muerte, esperanza de vida al nacer, fertilidad y mortalidad bruta, proporcionando información acerca de la calidad de vida de las poblaciones pretéritas.

Seguido a esta exposición, el autor construye una tabla de mortalidad como expresión de la dualidad vida/muerte. En ella se referencian el número de individuos por cohorte de edad, frecuencia, sobrevivientes por cohorte, probabilidad de muerte por cohorte, entre otros datos, que arrojaron una esperanza de vida para un niño nacido en La Jagua en épocas prehispánica de 19. 6 años, luego, en los cinco años siguientes, 23.1 años y así hasta llegar a los 28. 1 años. Esto, teniendo en cuenta las condiciones de vida por factores ambientales, sociales, hábitos nutricionales y hasta las condiciones patológicas.

Otro de los datos que expone el autor es relacional a los indicadores de fecundidad según las tendencias de crecimiento demográfico y el incremento de la vida reproductiva de las mujeres de la población. Asimismo, ejemplifica que las poblaciones sedentarias agrícolas que hubieron mejorado su producción alimenticia debido a los excedentes de los cereales, gracias a la mayor ingesta de calorías de las mujeres, la cantidad de grasa que se consume para el inicio de la menstruación y los ciclos ovulatorios fueron mejores y necesarios, logrando desplazar la menopausia, por ende, ampliar el ciclo reproductivo.

Esto realmente se constituye en un indicador de crecimiento demográfico y comportamiento reproductivo, como en el caso de la población mundial desde el Neolítico gracias a la agricultura, la alfarería y ganadería que muchos grupos pudieron introducir en sus poblaciones, a la vez que el generar excedentes agrícolas alimentando un mayor número de personas incluyendo a los niños recién destetados para sustituir la leche acortando el espacio entre partos. Debido a esta tecnología, la población mundial “creció a una tasa de 0.1% anual, con lo cual se multiplicó en 8.8 veces en comparación con el período anterior (Mesolítico) “(Marvin y Ross, 1991 en Rodríguez, 2016, p. 250).

Otro aspecto que el autor expone según las narraciones del capitán Diego de Ospina al visitar la villa de Timaná (1628-1629), se había generado un espectro de cambios en las condiciones de vida de las poblaciones indígenas agrupadas en diferentes zonas, entre esas la cuenca alta de los ríos Suaza, Guarapas, entre otras. Eran personas sometidas a maltratos, trabajos rudos sin paga alguna ni alimentación, gente desplazada, empobrecida, envejecida sin porvenir ni probabilidad de armar familia alguna y con pocos hijos para asegurar la descendencia.

El capitán organizó unos censos contabilizando 323 personas de diversas edades, más, 36 huidos que conformaban el 11.1 % de la población. Las edades del 22.9% de los censados oscilaban entre los 0-15 años, una cifra inferior en comparación al cuadro demográfico prehispánico, distinta a la cifra de 57.6% de la cohorte de 15-50 años, y la mayor de 50 representando un 19.5%, más alto que el prehispánico.

Según los indicadores de fecundidad expuestos en la Tabla 24 por el autor, la tasa específica asciende entre los 20-30 años coincidiendo con la edad promedio de las mujeres con hijas, la cual es de 21.4 años. La TBR (tasa bruta de reproducción), es de 2.1 correspondiente al número de hijas que pudieron sobrevivir tenida por cada mujer que logró llegar a los 50 años garantizando un relevo generacional para futuras mamás.

Por último, el autor explica que varios indicadores de fecundidad indígena habitantes de la villa de Timaná aseguran la reproducción biológica en épocas de patógenos introducidos en Europa por medio de organismos alimentados inadecuadamente, más la constitución de una única fuente de proteína animal, junto a los esfuerzos laborales en minas, haciendas, vaquerías y demás, que generaron un brutal efecto microbiano y en lo demográfico para los nativos.

Luego cierra exponiendo que en la Tabla 1 “los censos del Cabildo de Timaná de 1642 y 1669 se observa prácticamente la desaparición de los indígenas, que quedaban reducidos a menos de 100 al final de ese período” (Rodríguez, 2016, p. 264).


Bibliografía

Rodríguez JV, A. Ariza, G. Cabal L, F. Caldón.(2016). Vida y muerte en el sur del Alto Magdalena, Huila. Bioarqueología y cambio social. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Emgesa.

















Medio ambiente, recursos y riesgos. Las investigaciones en paleodieta. Isótopos estables, elementos traza, fitolitos de cálculo dental, macro restos.

 



Medio ambiente, recursos y riesgos. Las investigaciones en paleodieta. Isótopos estables, elementos traza, fitolitos de cálculo dental, macro restos.

 

Reseñado por Didier Lanao Rebolledo

 

Antecedentes  

Este análisis, trata de los estudios sobre los orígenes y el desarrollo de la agricultura en Colombia, escasos en cuanto al conocimiento de cambio social y las poblaciones prehispánicas en ámbitos adaptativos al ambiente. Se plantea un método y/o campo de acción: el de los huesos humanos, buscando la manera de que puedan estos datos, leerse desde el contexto arqueológico disponible en el área del altiplano, a la vez que, ampliar el espectro interpretativo para incluir variados modelos arqueológicos sugeridos por los profesionales de esta disciplina.

Parte de las investigaciones de Dolmatoff (hace más de 35 años) explicando la temporalidad y direccionalidad de este fenómeno de la agricultura, considerado el modelo de origen y difusión colombiano de la agricultura según la yuca en zonas bajas tropicales clave; el cual sirvió para generar hipótesis fundamental en cuanto a hecho social en el pasado; careciendo de evidencia arqueológica. Estudios recientes afirman que los procesos sociales impulsores de manipulación de especies, domesticación, cultivo y explotación tuvieron más de dos puntos de origen (imbricados por medio de una red sociocultural).

Para ello hay que basarse en las evidencias paleo ambientales (estudios climáticos del pleistoceno p. ej.). Por otra parte, las excavaciones arqueológicas proponen diferentes interpretaciones, como en el caso de La llanura Caribe (se creía temprana en agricultura, peor fue tardía) y la selva tropical Amazona (lo contrario a la Caribe.) Por última, se propone a la etnografía como herramienta clave para generar hipótesis arqueológica, como lecturas alternativas y demás.

Estudios previos

Los estudios anteriores sobre la alimentación y desarrollo de la agricultura colombiana en lo arqueológico, tuvo aproximaciones metodológicas: a). análisis de artefactos líticos para la producción, obtención y modificación de los alimentos; b). estudio de macrorrestos vegetales; c). análisis de polen; d).) el estudio de suelos. Se propone una quinta metodología, basada en el análisis de restos óseos humanos.  Sin embargo, el modelo por excelencia de recolección de información y el concepto de análisis para la misma, son: el análisis de artefactos líticos y el modelo de cazadores recolectores, respectivamente. Pero hay que ahondar en otros enfoques. Ejemplo de estos enfoques las dinámicas de los cazadores-recolectores de las sabanas de Bogotá y el valle del Magdalena, donde se ve la variedad de recursos animales y vegetales, presumiendo un gran componente de movilidad logística (Correal y van der Hammen 1977; Ardil a 1991). Las excavaciones arqueológicas brindan información en una correlación lítico/dieta, y que, estos artefactos están asociados a ocupaciones humanas con nichos ecológicos distintos (Gnecco y Mora, 1997; Cavelier et al, 1995). Los estudios paleontológicos exponen unos procesos de adaptación junto a una diversificación de plantas cultivadas debido a la intervención humana en el ambiente y la pelodieta, entre muchos otros estudios e investigaciones.

 Discusión

Entre la amplia discusión que plantean los autores al respecto tenemos que el análisis de isótopos estables sobre los restos ósea de las poblaciones ya estudiadas, exponen una dinámica alimenticia al paso de los milenios observables a través de períodos largos arqueológico. Asimismo, exhortan que las evidencias químicas no son absolutas y que deben tomarse como un aspecto más para tener en cuenta. Se tienen en cuenta las diferencias de valores de carbono y nitrógeno entre sujetos de una misma población temprana (Tequendama), como indicador de movilidad diferencial. Muchos datos apoyan la relación espacial entre el altiplano y el valle del Magdalena por artefactos tequendamienses fabricados foráneamente. Actualmente en Colombia, es complejo determinar el consumo de plantas C4; por diferentes datos, vemos que la recolección y la presunta manipulación de planta fue durante muchos años sin cambios sustanciales hacia la práctica de la agricultura.

El modelo

Para basarse en el modelo particular de recolectores-cazadores en la sabana de Bogotá, requiere mucha información y una metodología arqueológica pertinente e igual de particular; igualmente ocurre con el modelo cazador-recolector para explicar el tipo de sociedades habitantes de los distintos espacios arqueológicos que evidencien el poblamiento temprano colombiano. Es por ello, que los autores exponen que, basados en los diferentes estudios y evidencias de otros académicos de artefactos y restos óseos propios de tierras cálidas como templadas, y referente a datos de isótopos estables de dichas poblaciones, se piensa que estas sociedades basaban su alimentación en la recolección de plantas. Asimismo, es complejo afirmar que eran cazadores de megafauna a finales del Pleistoceno, cambiando su dieta a plantas silvestres, roedores y demás. Finalmente, los datos sugieren que los pobladores tempranos dependían de plantas silvestres y la cacería quedo en segundo plano; considerando que no tenían un ecosistema propicio totalmente, sino que tuvieron un patrón de movilidad entre tierras bajas y altas.

Estudios de caso. Colombia: Andes Orientales, Valle del Magdalena, Valle del Cauca.

Un aspecto muy importante para conocer cómo las sociedades antiguas desarrollaron procesos de adaptación a los distintos factores de riesgo y recursos de un ecosistema, entre otras, es analizar la documentación de sus principales enfermedades y epidemias. Muchas de estas, son debido al contacto con animales domésticos y/o silvestres, para luego transmitirse de humano a humano a través de los desplazamientos y confrontaciones, entre estas: el cólera, la difteria, la fiebre amarilla, el paludismo, e incluso, en nuestro presente, la covid-19 que impacta fuertemente en ámbitos económicos y poblacionales.

 Así mismo, en 1346, la peste bubónica había tenido lugar por las invasiones tártaro-mongolas a la península de Crimea, ya que los ejércitos estuvieron contagiados por las ratas junto a mercaderes genoveses quienes la llevaron a Italia a través de las relaciones comerciales, generando la Peste Negra (1347), la más mortífera que diezmó hasta un 70% de la población en toda Europa. Esto, sin dejar atrás la Gripe Española (1918) con 50 millones de víctimas al final de la 1er Guerra Mundial alcanzando regiones como Bogotá y Boyacá.

En el caso del llamado Nuevo Mundo, las enfermedades y epidemias de origen europeo, gracias a Colón y su séquito (siglo XVI), provocaron un descenso demográfico brutal casi al 90% de los indígenas. Tanto así, que para 1582, la tasación hecha por fray Jerónimo de Escobar mostró una reducción siniestra al punto de la desaparición de algunos grupos étnicos. Muy aparte de los documentos, es menester para el autor, recurrir a los restos óseos, dentales y momificados de los prehispánicos para apoyar su estudio. Con estas evidencias arqueológicas, el autor evalúa hipótesis y propone inferencias de impactos ambientales y sociales en ámbitos nutricionales, de salud y enfermedad, demográficos, estilos de vida y demás, como la agricultura y sedentarización.

En estos análisis de relación ambiente/sociedad/biología desde lo ecológico, el término adaptación es importante, ya que, es lo que les permite a los nativos ajustarse a los cambios. Este grado de adaptación, se puede medir teniendo en cuenta la nutrición, el estado salud/enfermedad y el mecanismo de control demográfico, debido a que, la disponibilidad de alimentos es relacional al ingreso a ciertos nichos y hasta impedir el crecimiento de la población. Un factor sumamente importante muy complejo de evaluar en dichos registros bioarqueológicos es la cosmovisión, la forma en que los nativos interpretaban el cosmos con la tierra, la dicotomía vida/muerte y salud/enfermedad, el papel chamánico en la salud y regulación ecológica, más los diagnósticos que genera.

Desde esta perspectiva, la enfermedad es vista como un desequilibrio ecológico por la caza despiadada en temperadas fértiles o consumo de ciertos peces prohibidos, o en otros ámbitos, amoríos no oportunos con algunas mujeres, entre muchos. El chamanismo era la institución encargada de actuar e interceder en esos casos como mediador entre fuerzas ocultas y el humano, reconciliando ambas partes en un equilibrio energético universal. Es el Chaman quien regula todo en la comunidad: crecimiento poblacional, cantidad de la recolección de plantas, construcción de malocas entre otras. En este sentido, la perspectiva nativa ve a la salud/enfermedad y la muerte como ecológica por esa relación humanos/naturaleza.

El chamanismo cumplió una función de regulación del consumo y producción de alimentos y aseguramiento poblacional en el Nuevo Mundo.

 

Bibliografía

Cárdenas, F. 2002. Datos sobre la alimentación prehispánica en la sabana de Bogotá, Colombia. Bogotá: Informes Arqueológicos del Instituto Colombiano de Antropología e Historia No. 3.

Rodríguez Flórez, C. D. (2011). PALEODIETA Y SUS HUELLAS EN LOS DIENTES: LA CULTURA SONSO EN EL VALLE DEL CAUCA. Revista Investigium IRE Ciencias Sociales Y Humanas, 2(2), 12-26.