martes, 19 de enero de 2021

La treponematosis

 

La paleopatología es una de las líneas de investigación de la arqueología. Hoy, tendremos el gusto de presentarles  un tema de ella: La treponematotisis, y la forma que insidió en las culturas pasadas. Veamos una reseña.


La treponematosis: sífilis venérea, sífilis endémica, sífilis congénita, yaws o frambesia, o pinta


 Reseñado por Didier Lanao Rebolledo


                                                          

Introducción:


En la literatura clínica y epidemiológica, a partir del siglo XX, se distinguieron cuatro síndromes distintos treponémicos (pinta, pian, bejel y sífilis) categorizados como treponematosis (Hackett 1963). Este modelo de 4 síndromes (relacionados biológicamente) fue expuesto por el médico Cecil J. Hackett (1905-1995) quien trabajó con aborígenes australianos antes de la 2da Guerra Mundial; contribuyendo significativamente a la paleopatología e historia médica (Fairley 1994), estableciendo un paradigma consensual. Cada uno de estos síndromes o subespecies es causa de alguna forma de la Treponema pallidum, manifestándose como etapas prolongadas iniciando con leves lesiones cutáneas. Se curan fácilmente con un tratamiento temprano a base de penicilina, o en caso de alergia con tetraciclina o Cloramphenicol.

Pasemos ahora, a exponer cada uno de los síndromes en sus aspectos más relevantes:

Pinta:

Conocida como "puru-puru" (entre otros) este síndrome, limitado geográficamente (tierras bajas de América Central y del Sur), pudo ser extinguido bajo esfuerzos de salud pública a través de terapias antibióticas. La pinta en contextos de la paleopatología, posee tres características significativas: a) enfermedad de la piel sin las complicaciones óseas, cardiovasculares y neurológicas propias de los otros síndromes; b) altamente dificultoso transmitirla a los animales de laboratorio, por lo que los cultivos de este patógeno no están disponibles en los estudios modernos; y c), su inmunidad cruzada entre los síndromes pudo hacer de la pinta el factor de restricción a los otros para poblaciones que eran huéspedes.

Yaws o Pian:

Con nombres locales como Parangi, Bouba y Framboesia, es una enfermedad común en regiones tropicales de todo el mundo; aún endémica en varias localidades a pesar de las campañas de erradicación de la OMS (Fegan et al. 2010; Satter y Tokarz 2010). Genera lesiones ulcerosas destructivas penetrando la cavidad nasal y el paladar afectando la resonancia nasofaríngea endureciendo la calidad de la voz, volviéndola “gangosa”; el afectado puede presentar alteración social por las deformidades faciales, tal como las máscaras africanas representativas a principios del siglo XX (Simmons 1957).

Sífilis endémica (no venérea):

Las víctimas suelen infectarse por contacto piel a piel o por transmisión de patógenos por insectos (Chulay 1990). En el caso del médico Hudson (1890–1992), en su práctica clínica se observaron dos patrones: por un lado, residentes urbanos afectados por la sífilis venérea, y por el otro, beduinos rurales nómadas afectados de forma asexuada (compartiendo recipientes de comida y bebida, cigarrillos, toallas, etc.), los beduinos lucían grandes túnicas que los cubrían evitando el contagio piel a piel, pero afectados asexualemte.

Sífilis venérea:

Descrita por Tramont (1990), como una enfermedad sistémica que posee manifestaciones clínicas proteicas que es causada por el patógeno espirochete Treponema pallidum subsp. Pallidum. Se transmite por contacto sexual, y a diferencia de los otros síndromes se diagnostica por aislamiento o por un organismo causante. Es el más peligroso, ya que además del ataque común (piel, tejido mucoso, y esqueleto) invade cualquier órgano e incluso atraviesa la placenta para atacar al feto, generando una alta mortalidad fetal y perinatal por “abortos espontáneos, nacimientos prematuros y enfermedades graves en las primeras semanas de vida” (p. 5).

Teniendo en cuenta esta breve clasificación, pasemos a comprender su grado evolutivo:

Teorías de la evolución de las treponematosas

En la hipótesis colombiana, se expone una transmisión intercontinental de la sífilis venérea, del Nuevo al Viejo Mundo. Propuesta por médicos del siglo XVI por el brote de una enfermedad venérea al sur de Europa en 1495; otros médicos de la época, con la hipótesis precolombina, afirman que ya había una enfermedad antes de 1492 confundida con otras. La hipótesis Unitaria, se basa en que los 4 síndromes no son enfermedades distintas, sino, manifestaciones de una con relación al estatus físico y cultural. Por último, está la evolutiva, propuesta por Hackett (1963) y por Brothwell (1981), el primero afirma que la pinta es una supervivencia de una más antigua nacida antes de la ocupación del Nuevo Mundo; y el segundo, que sí surgieron en diferentes momentos del Nuevo Mundo, Asia, África y Europa.

La nueva historia y la nueva biología:

Se consideran a las hipótesis colombiana y precolombina, como "sífilocentricas" y "eurocéntricas"; o sea, construcciones sociales. Algunos autores consideran que estos diagnósticos están permeados por discursos racialistas (Gilman, 1985); otros, por estereotipos culturales; otros, degeneracionismo, típico del clasismo; y otros por discursos de poder y lo dicotómico centro/periferia-élite/pueblo. El género treponema es muy amplio y variado, diversamente relacionados con T. pallidum y T. carateum. Con la nueva sistémica bacteriana centrada en el genoma se han logrado caracterizar nuevas especies eficientemente. Aunque, no haya un estudio filogenético molecular que revele la correlación entre organismo de este tipo, la secuencia del genoma Treponema pallidum subespecies pallidum, expone afinidades biológicas.

La paleopatología de la treponematosis: ¿dónde hemos estado?, ¿dónde estamos ahora y adónde iremos en el futuro?:

Las fuentes consultadas, provienen de mucho antes de la aplicación de antibióticos y campañas de erradicación de la OMS; así mismo se obtienen datos epidemiológicos en modelamiento de treponematosis modernos. Al reflexionar si se hace ciencia en la paleopatología se deben establecer criterios altamente objetivos para hallar rastros de alguna enfermedad en restos humanos antiguos. Nos enfrentamos a un doble problema al tratar dicha enfermedad, por un lado, las distinciones diagnósticas entre los 4 síndromes y otras enfermedades; y por el otro, las lesiones óseas que causan dicha enfermedad.

Paleopatología molecular:

Por medio de estudios de residuos biomoleculares, están siendo tratadas las enfermedades antiguas en la relación huésped-patógeno. La tuberculosis es un buen ejemplo, ya que los huéspedes alojan sobre sí una alta carga de patógenos microbacterianos en las lesiones óseas. Y otra fuente mucho más promisoria de dicha evidencia molecular es la identificación de inmunoglobulinas en los huesos antiguos.

Diagnóstico e interpretación: no muy poco, no demasiado:

Se trata de analizar dos enfoques recientes para la interpretación paleopatológica en lesiones esqueléticas que son representativas de la enfermedad treponemal. Uno es centrado en el hueso, la tibia y basados en un grupo de criterios y/o diagnósticos conocidos como SPIRAL obtenidos de muestras problemáticas. El otro, tiene un amplio campo de lesiones óseas proliferativas como "marcadores de estrés inespecíficos", indicando una "infección". Los autores de esta perspectiva consideran que estos diagnósticos son inútiles, ya que los huesos y los dientes no tienen respuestas específicas de enfoque clínico para todas las enfermedades.

¿Qué sigue?:

En conclusión, podemos exponer los últimos avances en paleopatología en ámbitos a la treponematosis endémicas. Tenemos que, Suzuki (1991), demuestra que las lesiones de este patógeno en japón son post-colombinas, y que, el escenario de la expansión de la sífilis venérea va de oeste a este. En lo que concierne a América Central y del Sur, la T. endémica no es tan común como en el Norte y su diagnóstico es un tanto complejo en las lesiones esqueléticas equivalentes a la leishmaniasis. Más adelante veremos cómo las técnicas microbiológicas y paleotaológicas moleculares que vayan surgiendo, brindarán información de carácter filogenético sobre la evolución histórica de este género de patógenos T. endémicos y su manifestación mundial. Y ni hablar de las excavaciones arqueológicas, que brindarán muchos más ejemplos en cuanto a patología esquelética treponemal en lugares que hasta la fecha no has sido registrados.

 

Bibliografía

Texto:

Cook D. C., M. L. Powell (2012). Treponematosis: Past, Present and Future. In. AL Grauer ed. A Companion to Paleopathology. Chichester: Wiley-Blackwell, pp. 472-491

Fuente de la imagen:

Mansilla Lory, Josefina, & Pijoan Aguadé, Carmen Ma.. (2000). Evidencia de treponematosis en lacueva de la candelaria, coahuila, con énfasis en un bulto mortuorio infantil. Chungará (Arica)32(2), 207-210. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-73562000000200011


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