El camellón de Santa Marta: el arte del
memoricidio
Los
espacios públicos son lugares donde se construyen y reafirman discursos y/o
espistemes/cosmovisiones, casi siempre de poder, el que subyuga, el hegemónico.
Una muestra de ello, es la Bahía de Santa Marta, aún con
su estatua de Rodrigo de Bastidas como representación de la colonialidad, y
ahora su nuevo camellón, representando su modernidad occidental (entre muchos
otros elementos).
¿Dónde está lo autóctono? ¿Dónde la representatividad de la historia real de
los samarios? ¿Qué hicieron con las antiguas esculturas de indígenas que
mostraban una pequeña parte de esa historia: resistencia? ¿Cuándo nos
consultaron para hacer tremendo cambio transgresor? ¿Qué nos está pasando como
samarios y samarias? Sólo hacemos silencio, seguimos engullendo el discurso
moderno-occidental del progreso-desarrollo, el maldito sueño europeo y
americano, seguimos queriendo parecernos a algo y alguien que nos mira con
desdén, celebramos sus trasgresiones históricas, tradicionales y hasta
políticas entre otras.
Ese nuevo camellón no se parece en nada a lo que somos, sino que, es un símbolo
del perenne triunfo eurocéntrico sobre nosotros. Toda suerte de memoricidio, de
seguir trasformando la memoria colectiva, y la gente sólo celebra, muestra con
orgullo la agonía de la memoria. ¿A esto se le llama cambio? ¿Esta es la mejor
forma de fortalecer lo ciudadano?
Mientras tanto, Santa Marta, una ciudad-distrito con enormes riquezas
turísticas, ecológicas, hídricas, con derecho a un buen botín de regalías, cada
vez se desangra más, cada vez abraza la pobreza, con la criminalidad y delitos
más descarados cuando antes éramos llamados "La capital de la paz"
(sin ignorar los grupos al margen de la ley) es la ciudad más costosa, con la
inflación más elevada, y con una tasa de desempleo que le tocan a uno la fibra
de la incógnita: no sabemos si reír o llorar, ¿Y mientras tanto que hacemos?
Selfis, Selfis, Selfis pa' el Face e Instagram.
Pero
si se convoca a paro sale todo el mundo a evitar que se haga y lo que hacen es
deslegitimarlo como se sigue haciendo, culpando un derecho constitucional, uno
de los pocos que nos quedan "intactos", como el causante de la
inflación descarada que estamos viviendo.
En
fin, la inercia pasiva y estéril samaria.